Calidad de Vida.
Rumear. Si…me sucede una y otra vez. Soy humana, repito,
reconozco pero también olvido.
Rumeo lo que me duele, confunde o incomoda demasiado tiempo.
Mientras hablo de cosas agradables o graciosas a oídos de
los demás…o insulto, maldigo y me agredo con ninguneos sutiles y de a gotas…o
peor aún, hablo con otros de otros.
Olvido el valor
importante de la palabra.
La noche anterior después de escuchar a -el alma de- una
amiga que me comparte un momento “difícil” que está viviendo, termine
SOLTANDOLE mi alma en una conversación y entonces, ahí, me di cuenta…recordé.
Me pude leer a mi misma, me pude decir mientras le decía.
Y me pregunte cómo es que hablamos de tantas cosas sin
importancia y callamos todo ese nutriente que nos da la experiencia de la Vida,
y terminamos pagando por una hora a la semana para…DECIR. Decir todo lo que no
nos atrevemos a compartir con los Seres que amamos, por orgullo, vergüenza,
dolor, miedo en todas sus formas.
Como es que nos trocamos basura y nos guardamos el tesoro.
No aprendimos a compartir lo que vale.
Lo transformador que resulta hablar con alguien de lo
pequeña que me llego a sentir a veces (como dice Julieta Venegas en su canción
“Debajo de mi lengua”-casualmente) me devolvió al camino…a mi eje.
Y entonces comprendí que en algún momento de esos días
pasados, había dejado de escucharme.
La ESCUCHA consciente, otro actor importante en esta obra
llamada Vida.
Muy fácilmente olvido lo importante. Por eso siempre tengo a
mano cosas pequeñas que me traigan a la experiencia para recordar.
Una de tantas, la película Now is Good.Ver esta película siempre me conmueve. La primera noche que la vi, fue durante una visita de mi mama y mi hermana más chica. En mi familia hemos tenido momentos difíciles estos últimos años.
Nos hemos lastimado lo suficiente para quedar agotados y
aturdidos. Creo que el regalo de eso que vivimos es una sed y reconocimiento
enorme por el valor de sentirnos y estar en Paz, cada uno consigo mismo y con
el otro.
Una paz que ya no podemos
mendigarle a la Vida, ni exigirle al de al lado, ni en el lazo sanguíneo
más intrínseco y cercano.
Estos años han sido un trampolín para cada uno, a
desapegarnos, a volar en busca de la vida que cada uno desea, un empujón a
buscar nuestros propios caminos como humanos.
Papá fue el primero, y con el seguimos todos. No podemos
olvidarnos de nuestro Ser en pos de un conglomerado de personas.
Y así, la vida nos ha regalado la oportunidad de conocernos
un poco más a nosotros mismos.
Volviendo a esa noche, recuerdo haberme sentido muy alejada
de mi mamá, especialmente. Y al ver esta historia algo conecto dentro mío, para
resonar con lo importante.
Por eso siempre está por ahí, a mano, para cuando empiezo a
tomarme demasiado en serio, y me creo eterna y soberbia.
Esta historia me recuerda lo hermoso, lo simple y lo
pequeño. Y me trae de un tirón hasta el presente, que no es HOY, es ahora, y es
un instante…son momentos que hacen al Viaje hacia la mal juzgada y rechazada
Muerte.
La Vida y la Muerte.
Pero no, creemos que nos dieron un paquete con 100 años, y
hasta tuvimos el tupe de darle a cada edad un conjunto de experiencias y
objetivos a cumplir…y nunca nos preguntamos acerca de ello, hace tanto que es así
que nos olvidamos que nosotros lo creamos, que fuimos nosotros en un momento
muy lejano, muy distinto, los que armamos este molde en el que ahora no encajamos
porque …porque la Vida es CAMBIO.
Por qué somos tan relajados para ocuparnos de lo que en verdad importa y tan obstinados para las estupideces de las que nos preocupamos y las cuales usamos como granadas engarzadas en el pecho, para inmolarnos en pos de reglas que no son de nuestra naturaleza. Y solo entonces…cuando estamos hechos añicos en el suelo ( o más abajo todavía), nos preguntamos por qué nos sentimos frustrados, muertos en vida.
Por qué somos tan relajados para ocuparnos de lo que en verdad importa y tan obstinados para las estupideces de las que nos preocupamos y las cuales usamos como granadas engarzadas en el pecho, para inmolarnos en pos de reglas que no son de nuestra naturaleza. Y solo entonces…cuando estamos hechos añicos en el suelo ( o más abajo todavía), nos preguntamos por qué nos sentimos frustrados, muertos en vida.
Es normal perdernos, una y otra vez, pero que nos sirva para
algo al menos.
Darnos cuenta, reconocerlo, comprender y compartir…si
fuéramos menos egoístas y habláramos lo importante, entonces seriamos unos para
otros los compañeros fieles de esta aventura…ahorraríamos tiempo, que es
energía, y seguramente crearíamos más belleza con ella.
Reconocer el Poder de la
Vida, sus momentos con sus magias…y volver a respirar.
Hacerme consciente de
este Viaje,…y claro, volver a olvidar, es un ejercicio para todo la Vida.
Es un ejercicio de
instante en instante.
Conocimiento es saberlo,
Sabiduría es aplicarlo.
Buena Vida corazones.
Desde mi más profunda e imperfecta humanidad.
Gaby
No hay comentarios:
Publicar un comentario