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jueves, 27 de febrero de 2014

Quien es...Karsten Ramser?

La historia personal no es de gran importancia al respecto de la evolución de la conciencia de un ser humano, por el hecho de que la identificación con la persona, con el yo, se queda en segundo plano durante el proceso. A medida que la paz profunda se despliega dentro de nosotros de forma consciente comprendemos que el yo no es nuestra verdadera identidad.
A pesar de la poca importancia de la historia personal, puede que sea de ayuda e inspiración para aquellos que están en el camino hacia la paz. Normalmente cuando conocemos personas verdaderamente conscientes nos cuesta imaginar que ellos también han pasado por las mismas dificultades (que nosotros) y que a pesar de su realización continúan siendo personas normales.
 
Nací en Hamburgo (Alemania-Occidental) en el año 1963, como segundo hijo de Horst Ramser y Renate Seeger. Mi padre, pintor y ebanista, fue el que me introdujo en el mundo del arte, fue el primer contacto con algo más allá de las apariencias. Mi recuerdo más antiguo es un cuadro que pinté con cinco años y desde entonces el arte, especialmente la pintura, es una parte esencial de mi vida. En el proceso de creación de un cuadro o cualquier obra de arte, el mundo se disuelve, no hay tiempo, no hay deseo, ni bueno, ni malo, no hay yo, sólo existe el proceso creativo en sí mismo, el estado de unidad. El arte nos enseña que hay mucho más, que el mundo que percibimos. 
 
El entorno de mi infancia fue muy violento y destructivo, esto hizo de mí una persona muy egoísta. Con veinte años solo pensaba en mí mismo y vivía sin preocuparme de los demás, haciendo dinero rápido y tomando todo tipo de drogas. Mi vida estaba llena de locuras, ira, desconfianza, autodestrucción y experiencias extremas.
Entonces, sucedió algo muy doloroso y al mismo tiempo hermoso que cambió mi vida, fue en un viaje a Asia, en Yogyakarta (Indonesia), cuando me di cuenta que mi vida estaba vacía y el autoengaño se derrumbo, del "rey del mambo“ al ”don nadie" en cuestión de minutos. Todo el dolor y sufrimiento, que acumulaba y escondí durante tanto tiempo salió y me llevó a una profunda depresión que duró más de diez años. Hoy puedo decir que fue una de las mejores cosas que me han pasado en mi vida, porque me empujó hacia la búsqueda de la paz.

Comencé a hacer Psicoterapia, Análisis Bioenergético y Constelaciones Familiares para resolver el "problema", todas estas técnicas me ayudaron y enseñaron mucho sobre “mi“ sufrimiento. Gracias a ellas la depresión comenzó a desvanecerse. Comprendí que el sufrimiento no es un asunto personal, sino una condición humana colectiva y aprendida.
Después del proceso de la superación de la depresión, tuve muy claro que quiero ayudar a los demás y me convertí en sanador, terapeuta y coach.
A pesar de todo el progreso y de la nueva orientación profesional, el sentimiento esencial de desconexión y falta de algo se mantenían. Con todo el esfuerzo y trabajo disciplinado, el vacío interior y la necesidad de encontrar ese "algo" aumentó.
Me di cuenta que la mayoría de las técnicas occidentales, que se ocupan del sufrimiento se concentran alrededor de la persona (el yo) y esto está bien, cuando lo que buscamos es alivio, pero inútil cuando tratamos de encontrar la verdadera paz y plenitud. Por lo que dirigí mi atención a Oriente, comenzando a estudiar Hinduismo, Budismo, Zen, Sufismo y más tarde el Misticismo Cristiano, las tradiciones Chamánicas y comencé a practicar el Yoga. La meditación se convirtió en una parte esencial de mi vida y de este modo me hice profesor de meditación.
 
La liberación de la esclavitud conceptual, es decir la realización de mi autentica naturaleza no se produjo como consecuencia de una experiencia determinada, ni sucedió de un momento a otro, sino que fue el resultado de un proceso (con muchas subidas y bajadas) que duró varios años. Gracias a las personas que he tenido el honor de conocer personalmente, a las que conocí a través de sus textos, libros, vídeos, etc. y, por encima de todo, gracias a la conciencia ya no me identifico con el contenido de la vida, sino con la conciencia que contempla dicho contenido.
Soy la Conciencia que se experimenta a sí misma a través de Karsten Ramser y no Karsten Ramser que contempla la Conciencia.
Esta pequeña diferencia lo cambia todo, es la diferencia entre una vida en paz, es decir una vida verdaderamente consciente, o estar perdido en el drama humano buscando algo más que el momento presente. Ahora sé que no hay nadie dentro de mí que tenga o viva una vida, no hay un autor-personal, sino que todo lo que Es, es Conciencia. Esto no quiere decir que sea una persona especial, hago lo que todas las personas hacen: trabajo, amo, estoy con amigos, paseo con mi perro... etc., pero lo hago desde una perspectiva fundamentalmente diferente, mi vida ya no gira alrededor del Yo, sino que ahora mi núcleo es la Conciencia. Esta perspectiva está en armonía con lo que es, fluye con la vida y por este motivo el sentimiento mas determinante en mi vida es la paz.
 
Actualmente, estoy viviendo, con mi maravillosa mujer Maribel, en el hermoso sur de España (Andalucía).


 

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