Todos sabemos, o deberíamos saber —lo recuerdo una vez más—que la percepción no es real. Siempre estamos interpretando, y esta interpretación determina nuestras vidas; nos hace experimentar en el cuerpo una serie de pensamientos, sentimientos y emociones.
Cuanto antes nos demos cuenta de que vivimos en un sueño regido por un programa que proyectamos en la pantalla del mundo, antes sanaremos de las heridas tanto físicas como mentales.
Curación a través de UCDM
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