El ego piensa que cuando creemos en otros, somos crédulos, pero en verdad, cuando creemos en nuestros hermanos, los vemos por primera vez y nos vemos también a nosotros. Los vemos porque confiamos en ellos. No necesitamos creer en sus pensamientos, pero sí necesitamos vernos a través de ellos. Necesitamos sentirnos amor y confianza. Esa es la oportunidad liberadora y sanadora que te brinda cualquier persona que esté cerca de ti.
Por temor a que nos lastimen sacamos la espada antes: juzgamos. ¡Pero el miedo está en ti y en nadie más! Cuando nos damos cuenta que lo único que puede interrumpir la visión real de alguien es nuestro propio miedo, encontramos una base para el amor verdadero. Eres más libre de lo que piensas, y la gente no es como es, sino como eres. El miedo toma la forma de pensamientos, y el pensamiento sólo debe servir para amar, cuando no lo hace hay que soltar.
Al confiar invocas la verdad que vive en todo.
~ Rama
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