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miércoles, 25 de enero de 2017

Sobre Tauros y Escorpios...

Esta es sólo una historia, para compartirles la lección que me trajo una relación.

Atención: cuando uno escribe la palabra relación, espero se reciba su concepto amplio. Esta es de amistad. De una que estropeamos, aunque confieso que aún tengo la sensación de sentir un peso mayor que el que puede llegar a sentir él.

Otra aclaración, reconocer la lección no implica haberla integrado. Aún tengo dudas también sobre eso.

En esta historia hay mucha sincronía, y eso implica al Universo, y la fuerza de su paso a través del tiempo. Digo...cuando parece que una fuerza mayor mueve los hilos.

Protagonistas.
Él es Agustín. Mi nombre ya lo saben. Él Tauro, yo Escorpio. Sí. Para los entendidos, el axis de los signos fijos, y del valor. Aquí hay mucho que aprender sobre autoestima, valores, belleza genuina y posesividad e intensidad.

Contexto.
Corría el año 2010 y formaba parte de un grupo de amigos que íbamos a un barrio de Rosario a compartir nuestros sábados y otros días, cuando podíamos, con niños de 2 a 18 años. Hacíamos actividades al aire libre con música y arte.
Dentro de ese grupo, yo había tenido una breve, aunque para mi (muy escorpiana) intensa historia con uno de los chicos. Él me había dejado y yo había quedado bastante enganchada.
Una noche, con visitas familiares en mi departamento, decidí salir a tomar aire, y fui al recital de mi entonces profe de Guitarra, Dafne. Ahí me encontré con algunos de los chicos con los que iba al barrio, y entre ellos, el galán en cuestión. Terminó el recital, temprano y me invitaron a ir a la casa de una chica que daba una fiesta. Un poco dudosa pero con ganas de seguir pasando tiempo en el mismo metro cuadrado que el chico que me había dejado (pero era mi debilidad), decidí "seguir el tren".
Entre una cosa y otra, y que no conocía a casi nadie en esa fiesta, mis amigos se van yendo. Y se arma una ronda con una charla que no recuerdo. De repente un chico muy ebrio, me empieza a hablar y a querer bailar conmigo, y la verdad debo confesar que me llegó instantáneamente, excepto que mi chip tenía grabado el nombre de mi antigua y fugaz historia, además de la poca fe ante una persona bajo los efectos del alcohol, vale decir que no me lo tome muy en serio. Termina la fiesta, de un lado el pasado, y del otro, lo que aún yo desconocía, el futuro. Pero si quieren saberlo, esa noche elegí el pasado.

Como la Vida es sabia y paciente - y nos vuelve a preguntar (todo el tiempo) hasta que elijamos bien- pasadas unas semanas de aquella fiesta, en una de las reuniones nocturnas de planificación de actividades para el barrio, uno de los chicos anuncia que un muy amigo suyo se suma al grupo. Y ahí aparece Agustín. Y resultó que era el mismo que tan insistentemente había querido irse conmigo de la fiesta reciente.
Guiño #1

Ahí supe -porque uno siempre sabe, sólo que a veces no somos capaces de asumirlo- que algo estaba desarrollándose. Una semilla se estaba gestando.

Mientras mi chip me seguía manejando la vida y el cuore, por bastante tiempo, una parte de mi descubría, o más bien, confirmaba, el feeling con el nuevo compañero del barrio. Poco a poco me encontraba favoreciéndolo en los comentarios, o notando su ausencia cuando no participaba algún sábado.
Pero mi chip seguía con la misma cantaleta pasada.

Al tiempo, Agustín dejó de venir, y yo sin darle mayor importancia. Se hizo una nueva fiesta en casa de su amigo, y compañero del barrio y ahí se vino la segunda. Cuando lo vi entrar, de repente, me encontré diciéndole "Que lindo verte! Te extrañé/extrañamos un montón!" y ya más consciente y con el chip casi caduco, supe que me pasaba algo. Y la confirmación no tardó en llegar. A los 3 minutos entra una chica hermosa, hermosísima, y que estaba saliendo con él. Ahí, no pude negar que me moría de celos, y que él era algo más para mi de lo que me animaba a asumir.

Pero todo parecía decirme "Si...pero no".

La Vida seguía dándome guiños. Agustín trabajaba en la otra cuadra de mi trabajo. Guiño #2
Así que, como los astros, empezamos a cruzarnos, Ya muy dentro mío, yo sentía que algo pasaba. Pero no le daba cuerda.

La verdad es que (en mi ascendente Tauro mal integrado) mi baja autoestima me decía que él no era un chico para mi. Sentía que me quedaba grande. Y además seguía de novio con aquella chica de la fiesta.

Y pasó el tiempo, yo me desenrollé de mi viejo chip, y me fui del grupo del barrio. Agustín también se había ido, tiempo atrás. Me había mudado dos veces, habían pasado desde ese 2010, 4 años.

Ahora había sido dejada, una vez mas, pero por un español, que hoy es mi mejor amigo. Pero esa es ooootra historia.

Y un día en FB la Vida me vuelve a guiñar un ojo. Y reaparece Agustín. Como siempre, me daba mucha alegría saber de él. También había terminado con su novia, si...la chica de esa fiesta de años atrás, y todo parecía decirme: Ahora si! Guiño #3

Quedamos para unos mates, algún día. Y como un flash, ambos al mismo tiempo conectamos y nos encontramos.

Fue uno de los recuerdos más lindos que tengo con un amigo, y algo más. Fuimos al río, charlamos, nos pusimos al día, y volvimos caminando. Todo fluía. y yo había perdido el sentido del tiempo. Estábamos por llegar a casa y me invita a tomar una cerveza. Y me llevó a uno de los bares que más me gustan de Rosario y que aún no conocía: Pichangú -Lugar de encuentro con mis amigas desde entonces, y donde hice mi despedida cuando vendí todo, renuncié y me fui de viaje sin rumbo ni tiempo establecido. Esa, también es otra historia.
Después de unas cervezas y más charla conexión, fuimos a buscar su bici a la casa de un amigo, que nos invito a cenar, y nos toco unas canciones en el piano, después volvimos en bici de madrugada...Era todo lindo, todo se sentía fluir y yo estaba feliz.

Empezamos a vernos, el venía a casa, y podíamos pasar tooodo el día y la noche hablando, escuchando música o riéndonos de cualquier cosa. Fueron días y noches hermosas para mi.
Y la ansiedad empezó a crecer, me empecé a enganchar.
Por primera vez, y de forma concreta alguien me decía y me hacía ver muuuuchas cosas lindas que yo no me atrevía a pensar sobre mi. Y ahí empezaba a asomar mi talón de Aquiles.

Hablábamos por FB, nos veíamos en casa, y compartíamos escritos, música etc...La cosa se empezó a poner difícil para mi. Agus venia y se quedaba muuuuchas horas en casa pero no pasábamos de ahí y yo ya no sabia qué me pasaba y que pasaba entre nosotros.

Dos semanas después de mi cumpleaños, me escribió de tardecita, y me vino a ver a casa. Y después de varias horas, nos besamos y todo lo que ya se sabe que sucede cuando finalmente uno se rinde ante lo que siente. Al menos de mi parte, claro esta. Una batalla se estaba librando dentro mío, y se aproximaba la lección.

Pero para ese entonces mi talón de Aquiles parecía haber tomado mis dos pies completos, y ya empezaban a correr mis creencias limitantes y de baja estima en mi cabeza.

Entonces, el globo explotó. Agus seguía enganchado con su ex. Y yo ya estaba hasta las manos.
Así que...enloquecí, intensamente como buena escorpio que soy. Lo buscaba y el se alejaba, y de repente, me di cuenta que mis "no es para mi" se habían hecho realidad, y lo peor, me manejaba desde una posesividad espantosa, y desde un lugar de "es mucho para mi" como pocas veces llegué a experimentar. Por eso me incomoda tanto pensar en él o en esa época. Además de que, todo eso me costó un amigo o alguien muy especial para mi.

Meses después, muy resentida ya, la Vida - pícara- nos reencuentra, una noche en un bar. Y claramente no lo supe manejar, y saqué toda la basura, en el lugar y momento equivocado, además de haber tomado alcohol que ya sabemos que nos altera bastante el juicio.
Lo asusté, me dije. Lo eche todo a perder. En ese entonces yo sentía que era un pequeño monstruito y que él se había dado cuenta. El único que había visto en mi la belleza de muchas formas, había descubierto el monstruo que habita en mi.

Y no estaba tan errada. Salvo por el hecho de que ese monstruo no era yo, sino esa creencia de poca cosa que me había encarnado.

Muchos años después, aún me da incomodidad asumir mi actitud de ese momento, me da una pena, como dice mi amiga de Colombia. Pero él como buen taurino, ve más allá. De eso estoy segura.

Los Tauro tienen integrada la lección del Valor, de uno y de Todo alrededor, por eso aman la belleza de lo Genuino.
Escorpio es ese fuego intenso y misterioso que atrae, pero que si no es desde la valoración, puede quemar, y desintegrar eso tan bello.

Él fue uno de mis maestros más fuertes.

Aprendí que Somos. Ni más ni menos que nadie. Existimos y nuestro valor esta en Ser. Eso aprendí cuando asumí las consecuencias de mis actos.

Por eso, siempre que me acuerdo de Agus, siento: Gracias...por encarnar al profesor.

Si quieren un plus, les cuento que 2 o 3 años después, por estas vueltas de la Vida Carrusel, nos hemos vuelto a ver en la calle, varias veces, y hemos tenido el corazón de saludarnos, disculparnos, comprendernos (creo), y saber seguir. Él está en pareja con una chica hace bastante creo, y yo sigo aprendiendo lo más que puedo, sobre todo a amarme tal como soy.

En esta Vida, hasta ahora, mi issue parecen ser las relaciones con el sexo masculino a nivel pareja. Y cuando uno reconoce el curso en el que se inscribió, acepta las lecciones con gusto, y aprende...un montón.

Espero que les sirva.

P/D: sepan respetar que aquí les comparto la intimidad de mi sentir. Inmaduro, torpe y ahora más sabio, sentir.

Como siempre, gracias por leer.

Gaby






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