Viernes...pasadas las 16hs.
Salgo del trabajo, en medio del frio, y saco mi libro de la cartera. Mi acompañante fiel de regreso a casa...por las calles de Rosario.
Hoy, llegando al final de "Comer, rezar, amar" por segunda vez.
Me vienen pensamientos sobre el día, y también las hojas me siembran preguntas...y ahí voy inmersa en mi templo de meditación diario, que encontré hace un tiempo y que llevo conmigo a todas horas.
(Respecto a esto, solo diré - no siendo una experta en lo mas mínimo- que creo que existen, para cada persona, muchas formas de conectarse con lo profundo de su Ser, y esa conexión no tiene por qué darse en el medio del silencio y la soledad, rezando o cantando mantras, únicamente. Creo, con esperanza, aunque puedo estar errada, que cada cual puede hallar por si mismo ese camino particular, y sus muchas formas).
Volviendo a mi caminar...mi pensamiento, mi sentir.
Reflexiono. Me pregunto...:
¿ por qué tenemos una habilidad increíble para recordar con detalle nuestros errores, y quitamos atención a lo que estos mensajeros (que pueden resultar siniestros en apariencia) traen entre manos, y dejan a la vista? Digo: ¿Por qué esa manía de recordar lo torpes, o malos que somos en lugar de recordar lo que hemos aprendido?
...
¿Por qué es mas importante no perder de vista nuestras "culpas", que valorar el habernos dado cuenta para poder elegir distinto en otra de esas situaciones que se nos presentan?
No lo se. Pero esa pregunta me hace una invitación que me gusta...y la guardo ahí en mi memoria...añadiendo: " A esta no me la pierdas de vista, presiento que no esta sólo de paso...esta idea vino a mi mente para sembrar una flor nueva".
(Algunas cuadras después)
Y el tiempo?...leo una frase:
" Llevaba una vida lánguida y solo le interesaba matar el tiempo...", y pienso: " Pues aquí en Occidente no se si muchos llevan una vida lánguida, pero eso de matar el tiempo sí que nos suena..."
...Cada mañana un número incontable de personas comienzan el día con una extraña aspiración: convertirse en los mejores asesinos seriales del tiempo, volviéndose súper creativos en esto de aniquilarlo y ganarle la gran batalla, para entonces...poder estar en paz, ser felices...para...bueno, eh...para...no lo se. No lo sabemos.
Creo que se ha vuelto tan mecánico este rito de odiar al tiempo que la gente ya no se pregunta sobre el sentido de esta lucha descarnada, contra un enemigo invisible pero que deja huella...simplemente hemos caído en ese andar ponzoñoso, en ese disparar y después pensar.
Este rechazo innato al transcurso del tiempo necesita un enemigo visible, y ya que el tiempo se mide en horas, minutos y segundos, nada mejor que apuntar el foco al conocido día a día- después de todo es el día el que encubre a todos estos amenazantes ingredientes del tiempo.
Y así, iniciamos la mañana, implorando porque acabe el día, que llegue la noche, así ya puedo irme de aquí, y puedo descansar y puedo no pensar, y puedo...no vivir?...
O mejor aun, que termine la semana, así llega el fin de semana, y puedo ser libre, y entonces puedo hacer todo lo que quiero, pero no solo unas horas, sino todo el día! Y no hacer nada...respirar.
Que no termine el fin de semana!( ¿?!)...
Y me surge entonces, otra pregunta (varias en realidad), otra semilla para una nueva flor en mi jardín mental:
¿y si dejáramos ese viaje incansable contra el día? ¿Cómo seria vivir un día sin estar todo el tiempo esperando que acabe? ¿o vivir la semana sin estar rogando porque termine o el fin de semana sin estar quejándonos porque ya no queda nada para que llegue el lunes?
Pobre lunes pienso yo, le toco el peor papel en esta obra.
Pero olvidamos que cada día, no es mas que un día.
¿Que tal si probáramos recibir al día con un poco más de animo, con un poco de calidez?...después de todo, no podemos pedir lo que no damos. Y damos lo que recibimos...
Nos pasamos el día. odiándolo y maldiciéndolo como una visita molesta, que no nos deja vivir y encima pretendemos que sea cálido y amable con nosotros...madre mía, si que estamos locos!
Nos pasamos la vida diciéndole a alguien mas, con cara de circunstancia " La vida es corta", haciendo una mueca de "no seas tonto, que se te va a escapar"...y después andamos por ahí maldiciendo: "Pfff se me hizo laaaargo el día!"- No seria eso una bendición? No querríamos muchas veces que los días y la vida duraran un poco mas?...O será que lo que no decimos es que mas que largo el día se nos ha vuelto insoportable?...Y quien lo ha vuelto insoportable?
Bueno, a lo que voy es que: no existe eso de días malos o días buenos. Lo único que existe es la vida, el sol que viene y se va, la luna, igual; y cada inspiración y expiración en nuestro cuerpo, con un ritmo propio para cada cual, y que bien vale la pena recibir con una sonrisa o al menos con curiosidad...como cuando conocemos a alguien nuevo.
Imagina que vas por un camino y cada 24 pasos, te encuentras en él a una persona totalmente desconocida para ti (a veces soleada, otras veces lluviosa, otras tiene cara de examen, y otras de un trabajo nuevo, o te viene con que quiere tener un hijo, casarse, dormir, viajar, sentir o lo que sea...),y tu, por las dudas, le haces cara de susto o lo insultas, esperando- ¿por qué?!- que el pobre desconocido te de un abrazo y te lo traiga todo resuelto...
Lo etiquetamos de insípido, de igual al resto, de ordinario, y después resoplamos porque lo cumple al pie de la letra, el muy complaciente.
No sabemos aun, ver en ese día, en ese desconocido día, con la cara que sea que traiga,... lo que trae en su corazón.
Nos trae una oportunidad, o puede que muchas y entrelazadas dentro de si mismo, de elegir un nuevo camino, una nueva forma de hacer las cosas, una nueva oportunidad de abandonar el robotismo en el que hemos caído...y nosotros, sin poder verlo, solo queremos echarnos de espaldas en un campo de amapolas...como Dorothy en El Mago de Oz, y que deje de molestarnos.
Solo mencionaré al respecto:
"¡Cuidado! ¡No te tumbes en estos prados narcóticos, que puede que te pases el resto de la vida durmiendo!" (Comer, rezar, amar- haciendo mención al Mago de Oz).
Hasta la próxima, valientes!
Y GRACIAS, hoy mas que nunca, por su tiempo.
Gaby
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