Con sólo creernos ser un mero cuerpo que necesita refugio y comida es suficiente para competir y pelear. No quiero reconocer que tengo miedo, y por lo tanto, me he convertido en él.
En las conversaciones luchamos por la razón, meras opiniones, pero con todo el peso de nuestra identidad, no son adoquines ni piedras, pero golpean igual.
...
Lo que sostengo en mi mente se vuelve una razón para existir, lo expreso como "mi" opinión para diferenciarme de ti, que no comprendes mis razones para existir, y si no puedo sobrepasarte con ella, entonces mejor una gran piedra.
La "verdad" del ego es que tengo miedo de ti, soy mi cuerpo, soy mis opiniones, y por lo tanto destructible, así que, o te destruyo o me aniquilas.
Pero puedo preguntarme: ¿cuál es el propósito de mi existencia?, ¿por qué tomo de manera personal la agresión de mi hermano?, ¿podré tomar cada evento en el mundo para deshacer mi miedo en vez de pelear y afirmarlo más y más?
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