...No sé cómo seguir mi camino; no sé por dónde comenzar para recuperar mi vida −respondió Michael contándole brevemente su historia personal−. Todos los errores me han dejado paralizado… no sé qué hacer para salir de este hoyo en el que me encuentro.
−Disculpa que te contradiga –corrigió el jesuita−, pero en mis años de servicio me he dado cuenta q...ue esa es la más grande de todas las mentiras…
−¿A qué te refieres? –preguntó Michael.
−Todo el mundo sabe con exactitud lo que debe hacer −respondió el Jesuita−, sólo que es difícil hacerlo… Cuando en la escuela nos avisaban que al día siguiente teníamos examen, lo primero que pensábamos era en evadir nuestra responsabilidad por medio del genial “plan B”: copiarle al de al lado, o en el plan C: hacer un “acordeón”, o incluso el extremo plan D: faltar fingiendo enfermedad; es más, si un compañero nos preguntaba «¿qué piensas hacer en relación con el examen?», la respuesta siempre era la misma: «¡No sé qué hacer, aún lo estoy pensando, aún no me decido!». Sin embargo siempre quedaba el difícil y poco agradable “Plan A”: pasarse toda la noche estudiando para el mencionado examen… Por eso digo que es pura mentira que no sepas qué hacer... (Continuará)
CUÉNTAME LO QUE SIENTES... YO TE ESCUCHO.
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