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viernes, 3 de febrero de 2017

La Torre de Marfil. Mi torre.

Es sábado. Son las 02:45 am, y esta claridad esta lejos de ser insomnio. Es un abrir los ojos, y un aclarar el horizonte, es Ser Paz.

Tal vez muchos se pregunten si este espacio se viene pareciendo a un diario intimo que ya perdió su intimidad. Para mi, es mi aporte al consciente colectivo, desde un comprender que Todos Estamos Hechos de lo Mismo. Polvo de Estrellas, dice Drexler en una canción.

Cuando siento que Veo, es inevitable el Compartir.

Hace 6 años que no veo ni hablo con mi papá. Mis padres se separaron, a mi percibir, de una forma dolorosa, y luego de un llamado y pedido, que sentí una locura, saque a mi papá de mi vida. Si. Así como lo escribo. Como si fuera un personaje, un muñeco, una figura más del tablero de ajedrez, me hice jaque mate. A mi misma...
Hoy supongo que desde el dolor, perdón, desde el miedo a contactar con el dolor de la realidad- tan lejana de lo vivido hasta entonces-, decidí que si el personaje no cumplía mis exigencias o pretensiones del cómo desempeñar un rol- que desconozco porque aún no soy madre, y aún así no sabría de qué va ser padre- entonces, ya no formaba parte del juego y punto. Y así, seguí...jugando al ajedrez, sin darme cuenta que ya había perdido.

Y no...tampoco ganar o perder era la cuestión. La cuestión es el juego. La cuestión es la Vida. Vivirla.
Pero quedé girando en falso, espero no por mucho más.

Esta noche, me di cuenta de algo tan tan simple, pero que no había sido capaz de ver hasta ahora. Y es que mantuve 6 años de distancia y mucho dolor, por querer tener razón y ser feliz. Y ya conocen el dicho. Lo uno no implica lo otro, de hecho parecen ir en direcciones opuestas.

Me di cuenta que llevo 6 años de ideas, formulaciones y especulaciones. 6 años de estrategias para no sentir ese dolor, y a medida que iba pasando el tiempo, 6 años de hallar las razones por las cuales YO estaba haciendo bien en sostener tanta distancia y dolor. Me aterraba preguntarme lo mas simple: ¿Y si estaba equivocada? Y más imposible aún me parecía lanzarme a la sensatez de tener un mínimo contacto con mi Padre, parte de mi Realidad, parte de mi, y asumir que había fabricado una historia de papel.

Así construí sin darme cuenta, una torre que hoy tiene 6 pisos, y la caída puede ser mortal.
Quizás, vuelva a la Vida si me atrevo.

Duele, pero da mucha Paz asumir cada ladrillo que puse entre mi Papá y yo, entre la Vida y yo. Yo misma erigí mi Reino, y me puse la corona. Pero hoy soy una reina con el corazón en coma.
Simulo cada latido, pero se volvió mecánico, y esta noche soy una revolucionaria, porque es este instante en que decido, DECIDO, ELIJO, RECONOZCO, que soy Vida, y la Vida no conoce fronteras y mucho menos de miedos.

La Vida, como las raíces de un árbol, se mete por cualquier recoveco, y desde adentro, va y rompe con cualquier cadena, cualquier fortaleza que nos mantenga ciegos, y latiendo sin vivir. Nos devuelve la visión de que siempre, y aún, somos Libres.

Libres para volver a elegir, y dejar los errores atrás.

Una vez leí sobre el Arte de los pequeños pasos y también, hoy, lo voy a practicar.

La Certeza llega como un rayo, rompe la torre, nos expulsa a la deriva, pero alrededor y dentro nuestro todo, Todo es Vida.


Por eso ahora se que solo es un paso, y otro, y otro más. Pasos como ondas silenciosas, imperceptibles, y revolucionarios. Pasos de Verdad.

Hoy vi como nuestra vida, mi vida toda, reproduce el patrón. Porque en muchas situaciones me he mantenido segura, entreteniendo a mi mente con ideas, pero la Realidad es Experiencia.

Me volví muy buena con las palabras y las ideas, pero de Experiencia, quede atrapada en mi adolescencia, en mi infancia o en un lugar que ni siquiera existe.

Hoy decido dejar de entretenerme y vivir. Buscar a mi papá, sentarme con el hombre que junto a mamá me dio lo mas importante, el regalo que estuve despreciando en un berrinche tan ingenuo, y es la Vida. Lo único realmente importante, lo trascendente, lo incalculable.

Mirarlo a los ojos, abrazarlo, agradecerlo.

Elijo romper con todas las ideas de....y caminar gateando o torpemente hacia la experiencia, aunque me voltee, me tropiece, llore, se rían, se burlen o juzguen que no voy a poder.

No quiero jugar mas a ser Rapunsel, no quiero seguir jugando sola en mi mundo de ideas. No quiero ver a nadie a los ojos desde lo alto, segura y a salvo en mi torre de marfil, sin poder ser arrasada por la presencia del otro, de la Vida misma.

Y me recuerdo cuando entro en pánico de miedo,...el arte de los pequeños pasos.

Y me digo: "Qué suerte que no soy quién para juzgar", sin negar, asumiendo cada hecho, y la parcialidad de lo que sé, empiezo, doy el primer paso...y ya no hay marcha atrás...

No va a ser fácil, pero es tiempo de apoyar las plantas de los pies y reconocer terreno.
Hoy soy como Alicia en el País de las Maravillas sumergiéndose en el Tiempo, y su Universo, para rescatar la Realidad perdida en medio de la Locura, hoy me lanzo para devolverle los colores a mi Sombrerero Loco.

(Que sume. Que vos también derribes tus mitos, ,y abras la puerta...


para ir a jugar)


Gaby

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