Esta frase la escuche hoy de Odin Dupeyron. Y me parece justa para mi, para este momento de mi vida.
Por qué?...bueno porque al escucharla sentí que me daba Vida, Fuerza, Coraje, Determinación.
"Yo no quiero esto para mi".
No quiero prostituirme emocionalmente, como si el amor tuviera que ganarse, pagarse, negociarse.
No quiero que alguien me exija un pago por haberme dado, o una devolución por un daño que no cometí-
No quiero una persona que por elegir dar, quizás cuando no quiso, hoy le reclama a quienes recibieron, pagar la cuenta de una factura que él mismo generó-
No quiero tolerar insensateces. Incoherencias. No quiero ser el felpudo ni el hueco receptor de la m..de nadie.
El rencor es veneno. Mata toda posibilidad de Vida. Ahoga el intento, la intención, lo primario del amor.
"Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe".
Yo no quiero esto para mi. No quiero romperme una y otra vez por necia...y menos por una fuente que se secó.
No quiero más para mi darle siquiera el espacio de hacer eco en mi con sus palabras a un corazón enfermo por rencor o dolor.
Yo no quiero mas para mi darle lugar a alguien a que crea que puede subestimarme, faltarme el respeto, exigirme esto o aquello. Y asumir que voy a permitirlo. Menos aún insinuar consecuencias y amenazarme.
Yo no quiero para mi "poner la otra mejilla" porque eso me dijeron que había que hacer.
Yo no quiero para mi el miedo, la manipulación, la subestimación, la culpa de m...que corroe como el ácido. No quiero la basura del otro. Ni tirarle mi basura a los demás.
Yo no quiero para mi el seguir dándole autoridad interna a quien hace rato renunció con sus actos al respeto del otro.
Ningún rol en esta vida nos da licencia para manipular o abusar de otro. Si alguien tiene importancia con su palabra, opinión, en nosotros es porque decidimos dársela, y se la damos porque ...
¿por qué le damos a alguien más el poder de decir quienes somos, cuánto valemos, cuándo valemos, si merecemos amor?
Seguramente se lo damos a quien nos valora, nos hace sentir a salvo, y que podemos abrirnos porque valora el mismo intento de compartir lo que somos.
Y ese permiso o poder que extendemos a otro, hay que saber darse cuenta cuándo retirarlo si ese otro. por las circunstancias que sea, deja de ser amor en acción.
Es nuestra responsabilidad a quién abrimos la puerta.
Si alguien deja de valorarte, seria necio seguir yendo cada día a preguntarle tu valor, y darle la misma credibilidad que cuando el amor se extendía en su visión.
Yo no quiero esto para mi. No quiero dejarme para lo último. No quiero pasarme por alto para integrar a otro. Eso también es exclusión.
Yo no quiero esto para mi. No quiero callarme por impertinente, por si me equivoco, por si esto o aquello. No quiero especular mas conmigo misma, no quiero mas juego sucio.
Yo no quiero más, des~integrarme.
Yo no quiero nunca más darle oídos a la manipulación, al odio o al rencor.
Le abri las puertas a todo eso, y ahora aca me tienen hastiada.
Yo si quiero para mi...
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